jueves, 26 de febrero de 2009

VII Encuentro: Presentación

En un mundo herido por la violencia, el apresuramiento, la irreflexión, el consumismo; en donde el espectáculo de las banalidades nos arroja al vacío, al sinsentido existencial y a la vorágine de la angustia, encontrarnos con los íconos es un remanso de paz donde abrevar nuestro ser y recrear nuestro interior. Ellos, que están confeccionados con lo más noble de nuestro planeta, ellos, que son la síntesis de los tres reinos: el animal, el vegetal y el mineral; ellos que están escritos en la oración y en el silencio... nos devuelven el sentido de la vida, nos participan del mismo amor con que fueron hechos y constituyen un canal de comunicación con lo más elevado.
Abramos nuestro corazón para recibir su mensaje y predispongamos nuestro espíritu para percibir su belleza. Ella nos salva, porque nos humaniza y nos revela lo inconmensurable. Frente al racionalismo y al pragmatismo que manipula todo al servicio de la explotación comercial, la belleza une la verdad de cada ser con el amor y nos permite trascender la mera materialidad. Restituye todas las dimensiones del hombre y nos conecta con Dios. Trasciende todas las fronteras y posibilita, como en este evento, a los Ortodoxos y a los Católicos, trabajar unidos para lograr una iconografía argentina.
Gracias a todos los que hacen posible este encuentro, en especial a la Dirección General de Museos, a la Directora del Museo José Hernández y a todos sus colaboradores. También queremos agradecer a la Dirección Nacional de Cultos y a todos los que, escribiendo íconos, nos regalan una ventana a lo infinito y lo eterno.


P. Hernán Pérez Etchepare, ssp
Editorial San Pablo

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