
Abramos nuestro corazón para recibir su mensaje y predispongamos nuestro espíritu para percibir su belleza. Ella nos salva, porque nos humaniza y nos revela lo inconmensurable. Frente al racionalismo y al pragmatismo que manipula todo al servicio de la explotación comercial, la belleza une la verdad de cada ser con el amor y nos permite trascender la mera materialidad. Restituye todas las dimensiones del hombre y nos conecta con Dios. Trasciende todas las fronteras y posibilita, como en este evento, a los Ortodoxos y a los Católicos, trabajar unidos para lograr una iconografía argentina.
Gracias a todos los que hacen posible este encuentro, en especial a la Dirección General de Museos, a la Directora del Museo José Hernández y a todos sus colaboradores. También queremos agradecer a la Dirección Nacional de Cultos y a todos los que, escribiendo íconos, nos regalan una ventana a lo infinito y lo eterno.
P. Hernán Pérez Etchepare, ssp
Editorial San Pablo
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