jueves, 20 de noviembre de 2014

Publicado en: EN DIÁLOGO
Libro - George Kordis

El ícono como comunión


El Dr. Kordis brindó un taller de iconografía en Buenos Aires, Argentina, y ahora, Editorial Paulinas lanza su libro 
El ícono como comunión, que será presentado durante la inauguración del XIII Encuentro de Iconografía Argentina, el 11 de diciembre, en el Museo Hernández.George Kordis es doctor en teología, profesor asistente de iconografía (Teoría y Práctica) en la Universidad de Atenas, enseña el arte de la pintura de íconos en la AKTO (Escuela de Arte de Atenas) y en el Centro Cultural Eikonourgia. Es iconógrafo y autor de obras seculares; ha realizado exposiciones tanto en Grecia como en el extranjero. Ha pintado numerosos  íconos en tablas y murales en iglesias y otros sitios sagrados en Grecia, el Líbano, Italia y diversos países.
El ícono como comunión, de George Kordis , es imprescindible para quienes practican o están interesados en la iconografía de tradición bizantina. En él se resalta la importancia de la línea en el desarrollo de las imágenes, pero de una manera muy específica.
Escribir este libro requirió del autor años de estudio e investigación para llegar a la esencia de lo que es realmente un ícono, derribando en el camino varios mitos e ideas infundados que se han repetido a lo largo del tiempo,  distorsionando lo que hace al ícono.
George Kordis nos enseña que la iconografía es un arte vivo, que no se trata de copiar imágenes del pasado, sino de crear en el marco de la tradición, desentrañada a través de las líneas que configuran la imagen.
Esta obra, nacida en Grecia y luego traducida al inglés, se edita, por primera vez en español, en la Argentina, de manos de la Editorial Paulinas.
Iconógrafos y estudiantes de iconografía agradecerán al Dr. George Kordis el haber escrito este libro, bello y absolutamente necesario.

Fragmento del libro:

“Podría decirse que a través de todo esto el estudiante de arte bizantino aprende un idioma, su gramática, su sintaxis y cómo desarrollar el vocabulario de esta lengua (la escritura), con el fin de pintar íconos, pero, por supuesto, así como conocer las reglas gramaticales y sintácticas no hacen de uno un escritor o un poeta, del mismo modo, el conocimiento de las ideas subyacentes en los principios artísticos del arte bizantino no convierten a un estudiante en un iconógrafo, lo que esto sí hace es ayudarlo a entender cómo trabajaban los antiguos artistas, a ser conscientes tanto de la sabiduría como de la inspiración divina de aquellos, a aprender incluso que esta verdadera creación artística demanda no solo conocimiento, sino también el correcto espíritu de acercamiento y la actitud correcta, es necesario luchar espiritualmente tanto como estudiar.
Más allá de que el estilo no puede ser satisfactoriamente expresado en categorías racionales, es esencial estudiar la variedad estilística de los maestros del arte, así como la filosofía que subyace en sus principios artísticos. Esto permite que el estudiante adquiera conocimiento de la gran variedad estilística del pasado y también le permite, con la ayuda de Dios, pintar íconos de Cristo y de los santos de una manera creativa, sin alterar la tradición iconográfica de la Iglesia Ortodoxa.
Con estas premisas en mente gané el coraje de seguir adelante con la publicación de este estudio a pequeña escala de la iconografía bizantina. Consiste básicamente en notas y observaciones de la fase de dibujo en la pintura de íconos, es decir, en la ejecución de las líneas. El principal objetivo fue presentar la idea que subyace en el sistema artístico bizantino, y cómo esto se expresa en la realización de un rostro, de la figura humana, y en la composición. Mi objetivo principal no era escribir un trabajo académico, sino poner por escrito los pensamientos que vinieron a mí durante mi investigación y mi estudio de las fuentes bizantinas, los íconos y especialmente los frescos. Es por eso que prefiero conservar el carácter espontáneo y un poco sin pulir del lenguaje hablado, para que estas notas puedan tener algo de esa cualidad que caracteriza lo inmediato…”.
                                                                                                                              George Kordis